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Un hasta luego que me duele

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Hace cuatro años, cuando todavía no sabía cuántos más le regalaría Dios, escribí mi "Tributo a Delia". Delia fue muy abuela por parte de padre. Una mujer bella, por dentro y por fuera, con ojos verdeazules que siempre irradiaban paz porque la Paz, Jesús, vivió en ella durante 97 años.

Ayer nos separamos temporalmente. Quisiera decirte que estuve tan fuerte que no lloré... pero te mentiría. Lloré mucho. Dios no nos creó para morir y por tanto la muerte siempre nos afectará, siempre nos sorprenderá y nos causará un profundo dolor porque nos separa. Él puso eternidad en el corazón del hombre, dijo Eclesiastés, y la muerte, aunque es la puerta, nos duele.

Tengo muchos recuerdos tangibles de mi abuela, pero sobre todo tengo un caudal de aquellos que no se pueden tocar pero que se guardan muy hondo en las arcas del corazón.

Con mi abuela aprendí que lo más importante que podemos dejar como herencia es nuestro legado a los que vengan después. Si realmente queremos vivir en la memoria de alguien tenemos que dejar algo más que una fortuna que se pueda contar.

El jueves pasado estuve con ella toda la tarde. Le cociné algo que quería, garbanzos, aunque ya apenas podía comer. Conversamos. Le di muchos besos. Acaricié sus cabellos plateados y me miré varias veces en sus ojos verdeazules. Nos abrazamos, y como si ella supiera algo que yo ignoraba, me dijo: "Allá nos vemos". Se me hizo un nudo en la garganta pero a la vez di gracias a Dios porque una vez más me recordó que él estaba a su lado y no la dejaría.

Sé que nos veremos otra vez, sé que ella ahora es libre de dolor y su cuerpo ya no está sujeto a la enfermedad y el desgaste de la vejez. Sé que por fin se encontró con su Salvador, el ancla de su vida. Y sé también que no la olvidaré nunca y que la voy a extrañar mucho.

Mi querida lectora, estamos de paso por esta tierra, y nunca sabremos por cuánto tiempo. Por tanto, disfrutemos cada minuto que Dios nos regale junto a aquellos que amamos.

Hoy quiero compartir contigo otra vez mi "Tributo a Delia". Y hoy quiero darle gracias a Dios nuevamente por haberme regalado una abuela tan especial. ¡Hasta luego, abue, allá nos vemos!

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Es raro que publique un artículo un sábado, pero hoy es un día especial: Mi abuela paterna cumple 93 años. ¡Quién lo iba a decir! Esta mujer decía que no quería vivir más allá de los 60 años. Para sus hermanos era “la flaca”, la que casi no comía, la que todos veían como más frágil. Bueno, ese todos no incluía a Dios.

Hoy le escribo esto porque la realidad es que no sé por cuánto tiempo más el Señor nos va a regalar su sonrisa entre nosotros y porque en mi corazón habrá eterno agradecimiento hacia mi abuela querida. Como ella misma dice siempre: “las flores se dan en vida”. 

Mi abuela ha sufrido varios vendavales en su vida, lo bueno es que su barco siempre estuvo anclado en puerto seguro, en la Palabra de Dios. Creo que solo así se puede soportar que de la noche a la mañana pierdas todo aquello por lo que luchaste y te esforzaste durante muchos años. Eso fue lo que les sucedió a ella y a mi abuelo cuando el nuevo gobierno de Cuba “intervino” su negocio. Se dice fácil pero no lo es. Ellos comenzaron aquel negocio con trabajo duro, era una empresa familiar donde todos trabajaban. Y sin poder reclamar, sin poder quejarse a nadie, se quedaron sin nada. 

 Luego vino otro vendaval cuando su hermano querido, un pastor y evangelista que llevó la salvación no solo a recónditos lugares de Cuba sino a pueblos y ciudades de Latinoamérica y hasta la fría Europa, fue apresado injustamente por el mismo gobierno que ya les había dejado sin nada. Y como él nunca se casó, vivía con mis abuelos cuando no viajaba. Le tocó a mi abuela llenarse de valor para visitar a su hermano Luis Manuel en la cárcel y sufrir en silencio lo que sus ojos no podían creer.

Sin embargo, a pesar de la dureza de estos vendavales, creo que el más difícil fue ver que la fe se enfriaba en los corazones de muchos a quienes amaba profundamente, la fe que ella había sembrado en sus corazones. Ahora que yo soy madre me imagino las lágrimas que nadie vio, sé por experiencia de las oraciones incansables, las luchas, los conflictos familiares…pero Dios era y es el ancla en la vida de mi abuela.  ¡Y ha premiado su fe con creces!

En octubre de 1999 le tocó despedir, hasta su reencuentro del otro lado de la eternidad, al amor de su vida, al hombre que la amó incondicionalmente durante 56 años, mi abuelo. Siempre la trató como a una reina, le llamaba “su novia”.  Fueron un matrimonio admirable.

Al principio dije que hay agradecimiento eterno en mi corazón. Bueno, fue mi abuela quien sin cansarse puso en mí la semilla de la Palabra de Dios. Recuerdo cómo de niña me leía historias de la Biblia cuando me quedaba en su casa. Las veces en que me llevó, a escondidas, a la iglesia para que yo pudiera ver los programas de Navidad. Oraba conmigo cuando yo todavía no sabía orar, y luego oraba por mí. 

En su casa aprendí muchas cosas, desde bordar hasta escribir a máquina. Aprendí el amor al servicio a Dios. Cada semana la veía fielmente preparar su lección de la escuela dominical con su Biblia, el plan de clases y un lápiz rojo. Muchas veces secó mis lágrimas y me dio ánimo. Y en los años en que mi vida parecía alejarse de Dios, mi abuela no dejaba de orar por mí y de interceder, confiada en que la semilla daría fruto.

No ha sido una mujer perfecta por la sencilla razón de que nadie lo es, pero ha sido una gran mujer. Sé que le aguardan muchas coronas. Ya sus ojos no ven bien, su cuerpo se deteriora pero su espíritu se fortalece cada día para el encuentro con el Rey y con todos sus seres queridos que ya se han ido. Dios le ha regalado 93 años y yo siempre le digo que si está con nosotros todavía es porque él la necesita de este lado. Todavía ella sigue orando por mí, y por muchos otros.

No sé si Dios me dará el privilegio de tener nietos, espero que sí, y que yo pueda ser para ellos como lo ha sido para mí mi abuela Delia.


Wendy


No puedo cambiarlo... pero puedo seguir adelante

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La pregunta vino sin avisar, como parte de las conversaciones que a veces tenemos en familia mientras cenamos.
¿Si pudieras cambiar algo de tu vida qué sería?

Bastante filosófica viniendo de una niña de 10 años, ¿cierto?
Me quedé pensando por un rato. Varias cosas pasaron por mi mente. Ella esperaba, y con la inocencia tan típica de los niños me dijo: «¿Es tan difícil?... ¡Yo creía que era fácil!»
Supongo que sí, que cuando solo has vivido diez años es fácil pensar en qué querrías cambiar, pero luego de algunas décadas… la lista es más larga y complicada.
Esa misma noche, antes de dormir, volví a pensar en la conversación. Y este pensamiento se estacionó en mi mente: “El pasado no lo puedo cambiar, pero puedo trabajar con Dios en el presente para transformar el futuro”.
{Si quieres léelo de nuevo y piensa un poco.}
Es verdad, no hay absolutamente nada que tú o yo podamos hacer para cambiar el pasado. No existe una máquina del tiempo, no podemos regresar, no podemos como dicen “deshacer los huevos revueltos”.
Es por esa misma razón que Dios nos dice que no aparquemos nuestra mente en el pasado. El pasado hay que dejarlo atrás. Y si vamos a usarlo para algo que solo sea para aprender de los errores, repetir lo bueno y recordar lo que Dios ha hecho para traernos adonde estamos hoy.
La tentación de quedarnos atascadas en lo que pasó a veces se hace grande. Es una estrategia segura del diablo para una vida en derrota y no en victoria.
En otras ocasiones, aunque sabemos que es un error, decidimos repetir conductas porque ya nos resultan familiares, cómodas; y nos dejamos engañar por el refrán popular de “más vale mal conocido que bueno por conocer”. ¡Eso no aplica al pueblo de Dios! Él tiene muchas cosa nuevas y buenas que quiere darnos a conocer, pero tenemos que soltar las viejas…despojarnos de la vieja naturaleza.
Dios nos ofrece que trabajemos con él en el presente. Las cosas viejas pasaron… ¡pasaron! Él nos ofrece una nueva oportunidad, pero decir: “sí, quiero”, depende de nosotras.
Cuando decidimos que nos rendiremos a la obra de Dios, que seremos obedientes, que aunque pataleemos por dentro no vamos a repetir los mismos errores, que para eso tenemos la fortaleza del Espíritu Santo, ¡entonces el futuro luce diferente, abundante!
De eso se trata, ¿sabías? Vida abundante. Jesús dijo: “yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia” (Juan 10:10). La cruz no solo nos abrió el camino a Dios y la garantía de la vida eterna. La muerte de Jesús en la cruz nos regala la oportunidad de una vida diferente, transformada.
En el camino habrá tropezones, pero cada vez serán menos… porque él nos va transformando con más y más gloria.
Es verdad, no podemos cambiar lo que pasó pero por la gracia de Dios podemos transformar el futuro. Y ese futuro luego será el pasado al que un día miraremos y entonces veremos muchas menos cosas que cambiar. Eso es lo que de verdad necesitamos entender.
¡Vivamos como Dios lo diseñó!

Wendy

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Porque ese hijo varón llegará a ser un hombre

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Aunque soy mujer, muchas veces no entiendo a las mujeres. Sí, seguro a ti te pasa lo mismo. Lo sé. En ocasiones me quedo sin palabras al ver cómo nosotras mismas contribuimos a cosas que detestamos. Déjame contarte.

Un día leí un comentario en una de las redes sociales que mostraba a una mamá con su hijo pequeño, en edad de escuela primaria, y decía algo así: “Chicas, prepárense que estoy criando un ‘rompecorazones’”. ¿En serio? 


¿En serio queremos que nuestros hijos varones se conviertan justo en aquello de lo que queremos proteger a nuestras hijas hembras y de lo que tanto nosotras mismas nos hemos protegido o la razón por la cual hemos sufrido?

Mamá que estás leyendo este artículo, ¿para qué o quién estás criando tu hijo varón? Sin darnos cuenta muchas veces los valores del mundo son los que definen nuestra mentalidad y la manera en que lo hacemos. Por alguna razón dejamos que la idea de “macho” domine nuestro hogar y nos olvidamos de que este niño al que tanto amamos fue puesto por Dios en nuestras manos para que lo eduquemos en la Palabra, conforme a los principios allí establecidos y para que llegue a convertirse en un hombre de Dios.

¿De dónde sacamos la idea de que los varones tienen que ser “rompecorazones”? De un mundo caído donde todo está al revés, de las películas que nos venden la idea de que hombre es aquel que se adueña del corazón de muchas mujeres, de los seriales para jovencitos y jovencitas donde los chicos solo sirven para ser lindos y tienen la cabeza hueca, ¡de ahí lo sacamos! Pero resulta que tú y yo, que decimos amar a Dios y que queremos agradarle y vivir según su diseño, no podemos seguir esa corriente. ¡Basta ya!

Es hora de que decidamos criar caballeros, hombres temerosos de Dios, dispuestos a guardarse para una sola mujer. Hombres que amen como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella. Hombres que respeten a la mujer y la traten como a vaso más frágil. Hombres que sepan que su hombría no la determina el número de relaciones que hayan tenido, su hombría está en vivir por alcanzar la estatura de Cristo. Hombres que trabajen para ser proveedores y que con corazón rendido sirvan a Dios. Hombres que vivan de rodillas.

Al menos, ese es el tipo de hombre que yo oro para que mi hijo llegue a ser. Y es el tipo de hombre que quiero para mi hija cuando llegue su momento de escoger. Me imagino que lo mismo quieras tú. ¿Entonces? Tenemos que decidir “romper el molde” del mundo y ajustarnos al patrón de Dios.

Quizá tú  estás criando el hombre que será el esposo de alguna otra lectora de este blog… y viceversa. ¿Te das cuenta? Tenemos una responsabilidad como madres y no podemos dejarnos arrastrar. ¡Seamos mujeres sabias!

Aquí te recomiendo dos libros excelentes para la crianza de hijos varones:


5 conversaciones que usted debe tener con su hijo




Muchas bendiciones en tu fin de semana,

Wendy

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(Este artículo contiene enlaces afiliados)

El Dios genio de la lámpara

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Los deseos de mi corazón…. ¡son tantos! Algunos son viejos ya, otros han ido cambiando de color y forma con los años. A veces son buenos y a veces… 



Y el otro día mientras repasábamos con los niños este, que fue nuestro versículo de la semana, otra vez me puse a meditar en los deseos de mi corazón. Recuerdo cuando era una adolescente y leía este versículo, pensaba que si hacía todo lo que le agradaba a Dios, él —cual genio de la lámpara—, me daría todo lo que yo anhelara en mi corazón. 

Lo triste es que los años pasan y muchas veces seguimos pensando de la misma manera. Dios como el genio de la lámpara maravillosa que me dará “todas las peticiones de mi corazón”. 


Pero… ¿hasta qué punto es eso lo que promete Dios? 

¿Me acompañas a leer el resto? Hoy estoy en Whole Magazine en español.  Solo tienes que seguir este enlace


Wendy

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Antes de que la escuela empiece otra vez {un mensaje de aliento}

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Los últimos días del verano siempre me ponen un tanto triste. Y no es por cuestiones climáticas, no es que me entristezca la llegada del invierno porque en realidad, donde yo vivo el invierno ya casi es un fenómeno atmosférico y no una estación.

No, lo que pasa es que mis hijos regresan a la escuela y se nos terminan los días lentos, sin tener que andar corriendo de un lado a otro, sin presiones. Se nos terminan los días de desayunos tarde y almuerzos juntos, escuchando Adventures in Odyssey. La vida regresa a la rutina del curso escolar.


Sí, es verdad, ahora quizá no tenga tantas interrupciones mientras escribo o trabajo, pero aun así los  extraño. No sé si te pase lo mismo a ti.

La realidad es que la vida es así, un ciclo, y tenemos siempre que disfrutar cada etapa. Y por eso hoy, cuando estamos a punto de comenzar otra vez la etapa de la escuela, quiero compartir contigo algunas ideas, y también pasajes bíblicos a los que podemos aferrarnos ahora que nuestros hijos regresan a la escuela.

No somos omnipresentes, no podemos estar todo el tiempo en el mismo lugar que nuestros hijos, pero Dios sí. Y tengan por seguro esto: que estoy con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos, Mateo 28:20

No podemos controlar todo lo que sucede alrededor de ellos cuando estén fuera de casa, pero podemos confiar en que Dios les guardará. ¡Todos los que temen al Señor, confíen en el Señor! Él es su ayudador y su escudo. Salmos 115:11

Quizá quisieras hacer “educación en casa” o que asistieran a una escuela cristiana pero por una razón u otra no puedes, no te sientas culpable. La escuela podrá instruir, pero nosotras como mamás podemos y tenemos que enseñar valores bíblicos, sembrar la palabra en sus corazones.Debes comprometerte con todo tu ser a cumplir cada uno de estos mandatos que hoy te entrego. Repíteselos a tus hijos una y otra vez. Habla de ellos en tus conversaciones cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Deuteronomio 6:6-7

Ayudar a  nuestros hijos a crecer y madurar implica que les ayudemos a ser responsables y esto comienza cuando son pequeños, con sus deberes escolares. No los hagas por ellos. Dales tu apoyo. Eso les irá enseñando responsabilidad.

No olvidemos que amar a nuestros hijos no puede estar condicionado a su excelencia académica. Es un desafío a veces porque queremos que tengan éxitos y nos entristecemos cuando no todo va como quisiéramos, pero no dejemos que esto se convierta en el termostato de nuestro amor por ellos. El amor nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia. 1 Corintios 13:7

Considera cuántas actividades extracurriculares añadirá a su horario. Un problema de esta generación es que estamos terminando su niñez demasiado rápido. Ellos necesitan tiempo para jugar, para descansar, para compartir en familia.

Prioriza cenar juntos. Parece insignificante pero ya ha quedado demostrado que las familias que cenan juntas disfrutan de una comunicación más abierta y mejor.

Hagamos tiempo para orar con ellos y por ellos. Oremos también por sus escuelas, sus maestras y maestros, sus compañeros de clase. Si todas las madres temerosas de Dios hacemos alianza en orar así, te aseguro que veremos un cambio en el ambiente escolar.La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos. Santiago 5:16b

Cada curso escolar se presenta con nuevos retos, nuevas oportunidades. Tú yo solo podemos ver lo que sucede en el minuto que estamos viviendo, pero Dios ya sabe qué va a suceder cada día de este nuevo año, confiemos en él y busquemos su dirección. 

Como madres muchas veces nos vemos en encrucijadas y no estamos seguras de qué camino tomar. Vuelvo a una de mis palabras favoritas: sabiduría. Pidamos a  Dios sabiduría y él nos la dará. No tenemos que enfrentarnos a esta batalla solas, Jesús nos promete su ayuda y compañía. Si necesitan sabiduría, pídansela a nuestro generoso Dios, y él se la dará; no los reprenderá por pedirla. Santiago 1:5 / Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo,[a] quien me da las fuerzas. Filipenses 4:13

Mi querida lectora, decidamos amar a nuestros hijos y ayudarles a volar, tal y como Dios lo hace con nosotras. Decidamos poner en sus manos cada detalle. Decidamos en nuestros corazones que más que nada buscaremos ser una familia que agrade a Dios y le honre. Decidamos juntas: Pero en cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al Señor. Josué 24:15

Bendiciones para ti y tu familia en este nuevo año escolar,


Wendy

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Para cuando al empezar la semana ya queremos descanso

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Ayer me volví a encontrar con este pasaje y se quedó dando vueltas en mi mente todo el día.

“Y él [Dios] dijo: Mi presencia irá contigo, y te daré descanso” Éxodo 33:14, RV 1960.

Es parte de una conversación entre Moisés y Dios. ¡Qué maravilloso debe haber sido escuchar esas palabras en vivo! Sin embargo, están registradas en la Biblia para que tú y yo las recordemos hoy, muchos siglos después.

Fue una promesa de Dios a Moisés quien estaba un poco atribulado por la responsabilidad que tenía por delante, dudaba de si podría hacerlo o no. Moisés sentía temor, y lo único que calmaría su temor, tal y como lo dice en esta conversación, sería la garantía de la presencia de Dios junto a él. Y Dios se lo promete.

Pero no solo le promete su presencia, su compañía sino que conforme a su naturaleza de bondad, que siempre da más de lo que pedimos o entendemos, le añade una frase que fue la que me dejó pensando a mí: te daré descanso.


¿Acaso no es eso lo que muchas veces anhelamos tú y yo? Descanso. Descanso no solo físico. Descanso de las preocupaciones, descanso de los temores, descanso de las dudas, descanso de las decepciones, descanso de los fracasos, descanso de la enfermedad, descanso, descanso…

Dios le prometió a Moisés algo que también nos promete hoy a ti y a mí. Jesús lo dijo: “Vengan a mí todos los que están cansados y llevan cargas pesadas, y yo les daré descanso”.

Moisés acudió a Dios en busca de seguridad y la recibió, junto con la promesa del descanso. Ya no tendría que batallar más con la idea de que el pueblo de Israel era su responsabilidad. Dios le estaba diciendo: Yo voy a estar presente. Descansa tú.

Jesús nos dice: Ven a mí, ven a mí para que encuentres el descanso que tanto necesitas. ¿Sabes cuál es nuestro problema muchas veces? ¡No vamos a Jesús! Y si vamos, vamos a contarle el problema pero no  lo dejamos a sus pies. Lo recogemos nuevamente y seguimos la marcha…agobiadas, cargadas, cansadas.

Quizá hoy, aunque es lunes, te sientes muy cansada. Y a lo mejor no es tanto el cansancio físico sino el emocional. ¡Ven a Jesús! ¡Vamos juntas! Él tiene el descanso que necesitamos y que nadie ni nada nos puede dar, porque ¿sabes?, el descanso que Jesús ofrece sana, restaura, renueva, da vida. El descanso de Jesús es un oasis, porque él es el agua de vida eterna. El descanso de Jesús produce paz porque él es la paz. El descanso de Jesús es alimento que sacia porque él es el pan de vida. El descanso que Jesús nos da quita el temor porque él es quien sujeta incluso al viento y al mar embravecido. El descanso que Jesús tiene para ti y para ti borra la duda porque él es la verdad. Su descanso nos da un rumbo certero porque él es el camino.

Mi querida lectora,ni siquiera las mejores vacaciones nos pueden dar ese descanso porque las vacaciones terminan pero la vida continúa. Necesitamos hoy ir a los pies de Jesús para encontrar el verdadero descanso que solo está disponible en su presencia. Moisés lo escuchó de Dios y hoy nos lo recuerda a ti y a mí con las palabras de Jesús.  

 Una vida de descanso en su presencia, ¡eso fue lo que Dios diseñó!

Ah, antes de despedirme, hoy estoy compartiendo con Karisa Rivera, en Mujer Radiante, y tienes la oportunidad de ganarte una copia de “Una mujer sabia”, así que no dejes de visitar su página.


Bendiciones en tu semana,

Wendy

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Confesiones

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Hace un tiempo estuve en una de esas fiestas que hacemos para honrar a futuras mamás. En Norteamérica las llaman “baby shower” y la idea es agasajar a la mamá y al bebé con regalos. En esta fiesta en particular le regalamos también a la mamá consejos. Sí, algunas de las otras mamás presentes les dimos pequeños consejos en base a nuestras experiencias.

Pero hoy quiero hablar de algo que empieza con la misma sílaba “con”, pero no son consejos sino confesiones. Creo que todas estaríamos de acuerdo con que es más fácil aconsejar que confesar, ¿no es cierto? Es difícil confesar errores, frustraciones, mentiras, sentimientos de incapacidad, etc.

La maternidad viene cargada de muchas cosas bellas e incomparables, pero también implica grandes renuncias. Confesemos. Al ser mamá tenemos que cambiar nuestro estilo de vida. Ya no podemos pasar tanto tiempo con nuestras amigas como lo hacíamos antes. El presupuesto cambia pues donde decía “para mí, para mí y para mí”, ahora tiene que decir: “pañales, fórmula, ropa, zapatos…etc.”. Y la lista crece según crecen los hijos, créemelo. Es muy probable que tu pasatiempo favorito (leer, ver películas, ir de compras, dormir…o lo que sea), ahora es más bien historia. 


Confesemos que a nadie le gusta despertarse en medio de la noche para cambiar un pañal sucio ni para dar medicinas. ¿Qué decir de cuando estás súper cansada y preferirías irte derecho a dormir pero no puedes porque un par (o más) de ojitos alegres te recuerdan que tienes que preparar la cena?

Confieso que para mí una de las peores cosas ha sido aceptar el hecho de que “mi tiempo” ya no es completamente mío. Está repartido entre otras personas, especialmente dos que todavía dependen mucho de mí. Mis dos hijos.

Bueno ¿y por qué estoy en esto de las confesiones? Sencillo. Me doy cuenta de que la gran mayoría de las mamás experimentamos en un momento u otro sentimientos de culpa. Creemos que por tener estos pensamientos somos las peores mamás del mundo y cuestionamos nuestra capacidad para cumplir con tan honroso pero exigente llamado. Somos demasiado duras con nosotras mismas y preferiríamos cualquier otra cosa antes de confesar que al ser mamá tuvimos que renunciar a cosas que hasta cierto punto nos duelen.

Permíteme darte un poco de ánimo. Ese dolor de la renuncia es un dolor bueno. ¿Sabes por qué? Porque como dicen en inglés: “sin dolor no hay ganancia”. El dolor de la renuncia nos enseña una lección de entrega y de falta de egoísmo como ninguna otra cosa.

La segunda cosa que quiero que recuerdes es que no somos, ni podemos ser, súper mujeres ¡y mucho menos súper mamás! A veces nos frustramos. Otras nos equivocamos. Nos cansamos. Y todo eso es normal. ¿Y sabes algo? Es bueno “confesarnos”. Hacerlo con Dios porque él, como Padre perfecto que experimentó al máximo el dolor de la renuncia al enviar a Jesús, sabe muy bien cómo nos sentimos. 

Y también confesarlo a alguna o algunas amigas con quienes nos sintamos cómodas y quienes puedan entender y sobre todo, exhortarnos. Desahogarnos con alguien alivia la carga y es muy probable que descubras que no estás sola, que alguien más está pasando o ha pasado por lo mismo que tú. Esa ha sido mi experiencia.  Te lo confieso.

Muchas bendiciones en este fin de semana,

Wendy

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De regreso al jardín

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Hace un tiempo, conversando con el Señor, le dije que quería que trajera a mi vida mujeres que compartieran anhelos y sueños similares a los míos; pues aunque conozco varias, la mayoría vive lejos de mí físcamente hablando. ¡Dios siempre nos sorprende! Hace unos meses conocí a Violeta Guerra, la directora general de Maestras del Bien. ¡Resulta que prácticamente somos vecinas! Mira si Dios responde con abundancia nuestras peticiones. 

Hoy tengo el gusto de tenerla aquí, en mi casa virtual. Te invito a leer su artículo y luego dejar tu comentario ¡porque habrá premios! {Detalles al final}


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La mejor manera de comprender algo, es entendiendo el propósito por o para lo cual fue hecho. Para comprender la raza humana entonces, es importante entender el propósito de Dios al crearla.

El libro de Génesis, además de ser la introducción a la Biblia y la base de todas sus enseñanzas, es el recuento de la creación de Dios. Entre la infinidad de enseñanzas allí encontradas, resaltan dos “muy” importantes: 

  1. La vida del hombre no está funcionando de acuerdo al plan ni intención original de Dios.
  2. Dios aún desea su versión original.

Por eso cuando en Mateo 19:3-6 los fariseos le hicieron a Jesús la pregunta sobre el divorcio, él les contestó citando a Génesis 2:24; llevándolos al inicio. Así que Génesis presenta todo lo relacionado con el matrimonio, la familia, sus integrantes e interrelación de acuerdo al diseño de su Creador.

Al igual que la pregunta de los fariseos, la polémica feminista suscitada en las últimas décadas junto al desmoronamiento de la familia y la sociedad, nos hace regresar de nuevo al comienzo; a los 3 primeros capítulos de Génesis para redescubrir lo que la Biblia enseña referente a los géneros, y en especial sobre la mujer. Esto es importante porque la problemática que compete a la mujer y la familia es de orden teológico y no sociológico.

Comprobado está que la filosofía mundana de la felicidad nos ha hecho infelices, y sus teorías feministas nos han esclavizado y devaluado. Si a esto sumamos todo el bombardeo de los medios publicitarios sabiamente dirigidos por el príncipe de este mundo, nos daremos cuenta que pocas son las esperanzas que como mujer tenemos de alguna vez sentirnos satisfechas con quienes somos o lo que ya tenemos. Pareciera que la moda que nunca pasa es la de sentirnos “insatisfechas”.

Ese tampoco fue el plan ni la intención de Dios cuando nos creó. En la base y el centro de su diseño estaba la plenitud y el gozo; la comunión íntima con él y la más profunda identificación y satisfacción de los cónyuges entre sí. Pero la mujer y el hombre descuidaron todo lo que ya tenían por buscar lo que el mayor publicista de este mundo les hizo creer que les faltaba (Gn 3:4-6). Mas si bien es cierto que Dios da o retiene por razones específicas dentro de su sola potestad, con toda seguridad podemos creer que él siempre nos dará todo lo que necesitemos para los propósitos que nos haya llamado (Sal 84:11, Job 1:21).

Dios nos creó para tener una vida abundante (Jn 10:10), vida que fue truncada en el Huerto del Edén. Allí quedó nuestra felicidad, nuestra plenitud, nuestra paz y nuestra comunión íntima. Todos los intentos por obtener por nuestros propios medios lo que allí perdimos son imposibles, salvo que aceptemos y regresemos al diseño original de Dios.

No es fácil volverse atrás y nadar en contra de la corriente para regresar al Jardín. El camino es largo y pedregoso, y lleno de abrojos y espinos. Pero existe un Buen Pastor que su vida da por las ovejas, y que promete guiarnos, infundirnos aliento y acompañarnos en la travesía hasta llevarnos a los lugares de delicados pastos en donde nos hará descansar. Te invitamos como mujer una y maestra del bien, a seguirle y abrazar su diseño para ti. ¡El viaje vale la pena!


Violeta quiere regalar a dos lectoras una copia digital de su devocional  "Contigo cada día". ¿Cómo puedes participar del sorteo? Deja un comentario en este artículo. (Tiene que ser en la página del blog.) Las ganadoras las selccionaré el viernes. 





Bendiciones en tu semana,


Wendy

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Mujeres que marcan la diferencia {1}

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Las redes sociales...¡qué dilema! Unos las condenan como si estuvieran endemoniadas, otros las veneran al punto de idolatrarlas y no poder vivir sin ellas. ¿Qué hacemos? Bueno, eso es tema para todo un artículo y tendríamos mucha tela por donde cortar.

Yo le agradezco a Dios la oportunidad que me ha dado de usarlas para compartir su Palabra, para animar en la fe y para poner el nombre de Cristo en alto.

Del mismo modo, las redes me han dado la oportunidad de conocer a muchas otras mujeres que tienen sueños y anhelos similares, que desean usar este medio para edificar y marcar la diferencia. Y por eso, durante el mes de septiembre te presentaré a algunas de ellas. A fin de cuentas, de eso se trata,¡es una red! Y tenemos la alternativa de usarla para fortalecernos, crecer y cumplir con la misión que el Jesús nos dejó.

Hoy comienzo con Violeta Guerra, a quien tuve de invitada el lunes y puedes leer su artículo aquí.

Violeta es una escritora, autora y conferencista de mujeres que nació en República Dominicana. Es además la fundadora y presidenta del ministerio Maestras del Bien, que tiene como objetivo principal “rescatar los valores bíblicos de la mujer” (Tito 2:3) mediante la sana y correcta exposición de la Palabra de Dios.

Como encargada de este ministerio sirve junto a un grupo de mujeres valiosas, de fe y de honor que viendo el deterioro en los matrimonios, hogares y sociedad han sentido el llamado de Dios a animar y afirmar a las mujeres a caminar en valor y confianza, y a captar y desarrollar su verdadera identidad como hijas de Dios y pilares de la sociedad.

Su pasión por las almas le ha permitido servir como profesora de escuela dominical y grupos femeniles. Durante varios años condujo el programa radial Momentos de Reflexión, ha escrito para la revista Sendas de Luz y ministerios con énfasis en el feminismo bíblico como Aviva Nuestros Corazones, Ezery recientemente en La Coalición Hispana por el Evangelio.

Violeta se caracteriza por su alegría contagiosa, su don de servicio y hospitalidad, y la clara exposición bíblica. Su amor por la Palabra de Dios y el Señor Jesús han caracterizado su trayectoria de fe. El anhelo ardiente de su corazón es alcanzar, ministrar y equipar a las mujeres de habla hispana, hacia su plenitud como mujer felíz, extraordinaria y sabiamente diseñadas por Dios.


Desde el año 1992 reside en la ciudad de Miami, Florida donde sirve activamente en su iglesia local y desde donde preside el ministerio Maestras del Bien.

¿Quieres ganar una copia digital de su libro devocional Contigo cada día? Deja tu comentario en el artículo del lunes. El viernes daremos a conocer las ganadoras. 



Bendiciones,


Wendy

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La mañana de una campeona

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Hoy quiero presentarte a otra amiga que conocí en respuesta a la oración de la cual te conté el lunes pasado. Su nombre es Karisa Rivera, de "Mujer radiante". Sé que te va a gustar su artículo, y al final... ¡otra rifa! Te invito a leer. 

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Tiempo, tiempo, ¿por qué no nos ajusta el tiempo? Tenemos tantos sueños, deseos de aprender, crecer, servir a otros, dejar que Dios nos use grandemente...pero...¿con qué tiempo?

Me acuerdo cuando sentía que no me ajustaban los días, no tenía suficiente tiempo para leer la Biblia o hacer ejercicios. Apenas comenzaba mi día y ya me sentía agobiada por los deberes. Sabía que no podía seguir de esta manera. También sabía que no iba a llevar mucho fruto eterno así. Entonces le supliqué a Dios que me diera respuestas y guiara mis pasos para no perder el precioso tiempo que Él me daba cada día.


Definitivamente puedo decir que Dios me escuchó y contestó mis oraciones. Me agarró de la mano y me llevó paso a paso por un provechoso proceso. Hoy siento que mis días son mucho mejores. Siento que estoy haciendo las cosas importantes que Dios quiere que haga, con suficiente margen para dejar que Él mismo ‘interrumpa’ mis días.

A través de los años, he aprendido muchos trucos. He conversado con personas que utilizan sabiamente su tiempo. He asistido a seminarios y entrenamientos. Sinceramente, ¡me encanta este tema! Y una de mis pasiones es ayudarle a otras mujeres porque sé que si yo, una ama de casa con 5 hijos a quienes educo en casa, puedo cuidar de mi hogar, ayudar en los negocios de mi esposo, escribir, llevar un ministerio en línea, servir en mi iglesia, tener tiempo para mis amistades y más, ¡yo sé que otras pueden hacer mucho más!

"En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos." Juan 15:8

Me interesa que triunfes con tu uso del tiempo. Quiero que experimentes los frutos de una buena administración de uno de los mejores regalos que Dios nos ha dado: TIEMPO.

Este es mi consejo número uno para un mejor manejo de tu día:

Añade horas a tu día levantándote temprano.

Aquí te comparto varias ideas que me ayudaron a hacer esto una realidad en mi vida.

Para llevar a cabo todo lo que quieres lograr, decide levantarte por lo menos dos horas y media antes que comiencen tus responsabilidades (en seguida te diré que hacer en este tiempo). ¡Lo sé! Esto no es fácil para muchas. Pero esto hace una GRAN diferencia.

Si se te hace muy difícil, revisa tu razón de terminar tu día anterior muy tarde. Tus hábitos deciden cuándo eres productiva: por la mañana o por la noche. Muchos estudios concluyen que las personas exitosas trabajan desde muy temprano y no muy tarde.

Descansa. El descanso recarga energías y te refresca. Una mujer descansada es paciente y alegre, dos ingredientes muy necesarios.  Evita desperdiciar tiempo en otra cosa que te mantendrá despierta hasta tarde. Deja que el mundo se desvele mientras tu recobras sueño y energía para conquistar el mundo por la mañana.

Trata la rutina de tu mañana como una cita importante.

Anticipa y prepárate para tener éxito. Deja listo todo lo que necesites para una productiva mañana. Ropa. Comida. Biblia y libros para leer.

Antes de acostarte, anota 3 cosas importantes que deseas lograr antes de las 11am de la mañana siguiente.

Mantén margen en tu vida. Las emergencias, crisis e interrupciones son una parte del diario vivir. Si tienes margen en tu día, vas a poder responder con calma cuando algo inesperado suceda.

¿Qué hacer con las horas extra de la mañana? Cada uno de estos elementos te ayudarán a tener días exitosos para honra y gloria de Dios:

Arregla tu cama
Ponte ropa de ejercicio
Toma un jugo verde o té de hierbas
Siéntate a leer tu Biblia y a orar
Lee un capítulo de un libro de desarrollo personal
Haz algún tipo de ejercicio
Desayuna y repasa tu lista que anotaste la noche anterior
Toma un baño y arréglate para un día exitoso

Este plan es ideal para toda mujer que desea tener una vida radiante y exitosa, llena de productividad, paz y gozo.


“Y todo lo que hagáis, hacedlo de ánimo, como al Señor, y no a los hombres”, Col. 3:23.








Karisa quiere regalar a dos lectoras un copia de su libro "Mujer radiante", y para ello, solo basta con dejar tu comentario en esta entrada y ya serás parte de la rifa. ¡Adelante! 



Bendiciones en tu semana,

Wendy

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Mujeres que marcan la diferencia {2}

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Como te comenté la semana pasada, quiero presentarte durante este mes de septiembre a varias mujeres que han decidido usar las redes sociales para marcar la diferencia: engrandecer el nombre de Jesús y fortalecer las vidas de otras mujeres. 

Hoy tengo aquí en mi casa virtual a Karisa Rivera, una mujer joven con quien he tenido ya la oportunidad de compartir "cara a cara" en varias ocasiones. 


Karisa Rivera es la fundadora del blog Mujer Radiante el cual alcanza a mujeres de toda Latinoamérica con palabras de ánimo y un mensaje de esperanza. También es la fundadora de la Academia Mujer Radiante, estudios en línea avanzados de desarrollo personal y profesional para mujeres hispanas alrededor del mundo. Karisa es la autora del libro Mujer Radiante, Vol. 1 donde comparte inspiración práctica para el diario vivir.

La pasión y compromiso de Karisa es tocar la vida de mujeres latinas con el mensaje de Cristo y sus principios a través de sus escritos y conferencias que imparte en vivo y en línea.

Pero lo más importante en su vida es el privilegio de ser esposa de su mejor amigo, Abelardo, con quien tiene 5 hijos. Su hija mayor tiene 9 años y los siguientes 4 son varoncitos, quienes la mantienen muy ocupada y aprendiendo porque requieren de mucha energía y alegría. 

Karisa educa a sus hijos en el hogar y juntos siguen aprendiendo sobre el maravilloso mundo de Dios y sus principios. Abelardo y Karisa tienen varios negocios y han aprendido a trabajar en equipo para gloria de Dios y para beneficio de toda la familia y sociedad.

Karisa ha experimentado el poder de Dios de restaurar un matrimonio dañado, ha aprendido a no solo criar sino a disfrutar la relación con sus hijos, ha aprendido sobre el gozo y privilegio de atender su hogar primero para que Dios la siga usando para más...y por eso escribe constantemente, para compartir esperanza y que otras mujeres también puedan experimentar el poder y amor de Dios.

Ella disfruta mucho la cocina. No solo mantiene un menú amplio con deliciosas recetas, sino que también trata de aprender sobre la cocina de diferentes nacionalidades y acepta invitaciones a clases de cocina.

Karisa y su familia residen en Miami FL, y les gusta viajar para seguir conociendo este amplio mundo que tanto necesita del amor de Cristo y así brindarles las Buenas Nuevas.

Sus próximos proyectos incluyen conferencias en vivo en muchas ciudades de Latinoamérica.

¿Quieres ganar una copia digital de su libro Mujer radiante? Deja tu comentario en el artículo del lunes. El viernes daremos a conocer las ganadoras. 



Bendiciones,

Wendy

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¿Y qué cosa es este nuevo "baile"?

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Una vez leí una frase que decía: “Cuando pienso que tengo dominado el baile de la vida, alguien inventa un paso nuevo”.  La verdad es que ese “baile” es imposible de dominar porque en la vida siempre se nos presentan nuevos retos, situaciones completamente inesperadas y mucho más.


Pero hoy quiero contarte de un “baile” bastante nuevo en el mundo de las redes sociales. Se llama  Periscope y sé que muchos no lo conocen todavía. De hecho yo misma apenas estoy aprendiendo los primeros pasos.

¿Qué es? Bueno, básicamente y sin mucho tecnicismo, es una nueva red social que nos permite compartir EN VIVO como si fuera televisión. A las transmisiones les llaman “scope”. Y mientras una persona está transmitiendo, los espectadores pueden poner comentarios que la persona ve. ¿Qué tiene esto de diferente? A diferencia de un video en youtube, por ejemplo, puedes interactuar con el presentador del video, hacerle preguntas, y eso lo hace divertido, ¿verdad?

Periscope, hasta donde sé, solo funciona como aplicación en teléfonos o tabletas. Tienes que descargarlo en la tienda de Apple o de Google y luego instalarlo. Si tienes cuenta en Twitter, puedes unirlas porque en realidad, Twitter es la dueña de Periscope.

¿Y por qué estoy yo dando esta pequeña clase sobre Periscope? Pues porque me parece súper chévere que a cada rato podamos conectarnos EN VIVO y compartir. ¿Cómo lo haríamos? Te avisaré por Facebook o Twitter el día y la hora. Si no puedes llegar, puedes ver la retransmisión, pero solo durante 24 horas.

¿Qué tienes que hacer? Crea tu propia cuenta, incluso aunque no sepas muy bien cómo usarlo, porque lo que sucede es que luego quieres un cierto nombre de usuario y descubres que ya otra persona lo tiene. ¡Así que aprovecha ahora que apenas está comenzando! Mi usario es @wendybelloblog. Como en todas las cosas, seamos cuidadosas en las redes. 

Creo que mi primer “scope” será la semana que viene porque esta semana he estado muy acatarrada y no creo que me puedan entender muy bien con la congestión y la voz tomada. J ¡Espero que me acompañes!

Antes de terminar, algo más. En la tarde anunciaré las ganadoras del libro de Karisa, por favor, estén atentas porque dejaré la respuesta debajo de los comentarios que hicieron en el blog. Una de las ganadoras de la semana pasada todavía no me ha contactado, su nombre es Ylanoy R. Si eres tú, por favor, envíame un mensaje para que puedas recibir tu libro de Violeta Guerra.

Ahora me despido hasta la próxima semana y te deseo un fin de semana lleno de bendiciones, por donde quiera que vayas, no dejes de brillar para Jesús.

¡Vive como Dios lo diseñó!


  Wendy

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¿Cuál es tu estándar?

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La semana pasada estuve leyendo el libro de Jueces en la Biblia. Varias cosas me llaman siempre la atención en ese libro, como la extrema paciencia que Dios tiene con nosotros. Sí, porque la verdad es que aunque ahora pudiéramos juzgar a aquel pueblo duro de corazón, ingrato e idólatra, nosotros no somos muy diferentes.

Pero hubo una frase que se me quedó grabada en la mente: “En esos días, Israel no tenía rey; cada uno hacía lo que le parecía correcto según su propio criterio” (Jueces 17:6, 21:25, cursivas de la autora). Al leerlo pudiera pensarse que fue escrito en estos tiempos, ¿verdad? Y fíjate que es interesante que incluso dice “correcto”, la gente hacía lo que creían que estaba bien, lo que les parecía correcto. ¿Cuál era el problema entonces? La norma, el estándar que estaban utilizando… su propio criterio.


Y ese es el mismo problema hoy. No todo el mundo decide que quiere hacer lo malo, directamente, sencillamente que en la mayoría de los casos no hay estándares, y cada quien hace lo que cree correcto según su propio criterio u opinión. Incluso dentro del mundo cristiano. ¿Por qué? Porque hemos decidido que podemos tener estándares propios, que acomoden nuestra manera de pensar.

 ¿Qué hay de malo en esto? Que cuando no existen estándares, viene el caos.

Imagina una ciudad sin leyes para el tránsito, sin señales, sin semáforos. ¿Qué pasaría? Accidentes constantes, demoras interminables, conflictos entre los choferes y los peatones. De hecho, incluso cuando tenemos leyes, a veces estas cosas suceden, ¡imagina entonces la diferencia! He visitado ciudades donde las cosas parecieran funcionar de esa manera porque las personas deciden ignorar las reglas del tránsito. ¡Asusta! No creo siquiera que me atrevería a manejar en esos lugares.

Entonces, ¿qué nos hace pensar que en el resto de las cosas de la vida podemos vivir sin estándares, sin normas?

Mi querida lectora, esto que estoy diciendo pudiera parecer muy obvio, pero de cierto modo no lo es. El mundo en que tú y yo vivimos ahora, y donde estamos criando a nuestros hijos, se levanta cada día con la misión de ir borrando cada vez más los estándares, las normas de Dios. ¡Y el caos está reinando a nivel social, moral, espiritual!

Primero, es necesario que entendamos que sí existen estándares, Dios los puso y esos no cambian. La Palabra de Dios es eterna, no hay que adaptarla a los nuevos tiempos. ¡No nos dejemos engañar! (2 Pedro 2 es un capítulo para pensar en todo esto.)

Segundo, no podemos sentir vergüenza de vivir según los estándares de Dios. No olvidemos que somos pueblo comprado por él, con el precio de la sangre de su Hijo,  Jesucristo. Si nos avergonzamos de obedecerle, nos avergonzamos de él… ¡y ya sabemos cuáles son las consecuencias!

Y por último, tenemos que enseñar esos estándares.  Tenemos una enorme responsabilidad pues estamos luchando contra una gran corriente. Sin embargo, eso no nos exonera. Dios nos ha llamado a vivir sabiamente, honrándole e instruyendo a nuestros hijos para que hagan lo mismo. Lo puedes leer en Tito 2.  

En esta nueva semana hagamos una evaluación sincera, ¿según cuáles estándares estamos viviendo, en cada aspecto de nuestra vida? Tenemos el manual en nuestras manos, se llama Biblia. Ahí está todo muy claro. ¿Qué estamos haciendo tú y yo?

No seamos como los israelitas del tiempo de Jueces, donde cada quien hacía lo que creía correcto  según su propio criterio. Imitemos mejor a los primeros cristianos que oraron diciendo: “Y ahora, oh Señor, escucha sus amenazas y danos a nosotros, tus siervos, mucho valor al predicar tu palabra” (Hechos 4:29).

Una mujer que vive según el diseño de Dios es una mujer valiente, con altos estándares, los de él.

Y antes de terminar, las ganadoras del sorteo de la semana pasada fueron Lucía F.T. y Alexis de los S. Por favor envíenme un mensaje con su correo electrónico.

Bendiciones en tu semana,


Wendy

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Mujeres que marcan la diferencia {3}

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¡Feliz miércoles! Hoy continuamos con la pequeña serie "Mujeres que marcan la diferencia". En esta ocasión quiero presentarte a Trisha Goddard. Aunque no nos hemos conocido en persona, ya hace un tiempo que tenemos amistad mediante las redes y admiro mucho su pasión y su entrega a la tarea que Dios ha puesto en sus manos.


Trisha nació en Michigan, EE.UU. y creció en un hogar cristiano. Sus padres eran misioneros con  New Tribes Mission y trabajaban en el Instituto Bíblicoen Waukesha, Wisconsin. Ella es la mayor de 4 hermanos.
 
Trisha es casada con Mike desde 2001. Mike creció entre los indígenas ache del dpto. Caaguazú en Paraguay. Sus padres y abuelos eran misioneros de la Misión Nuevas Tribus y vivían y trabajaban en varios puntos del país y con diferentes grupos indígenas. 

Mike y Trisha tienen tres hijos: Michael, Lea y Kaleb. Ella enseña sus hijos en casa y utiliza la educación a distancia. Tiene un Bachiller en Ciencias de New Tribes Mission en EE.UU. En su tiempo libre, le encanta leer, viajar con su familia y escribir artículos para su blog mtgoddard.comen inglés y español.

Su ministerio en línea comenzó en 2012 cuando ella fundó
Ama a Dios Grandemente(Love God Greatly Spanish) con Edurne Mencia de El Viaje de Una Mujer. Durante dos años, ella tuvo el privilegio de servir en este ministerio y ahora está sirviendo en el ministerio Raising Generations Today.

Mike y Trisha son misioneros a tiempo completo y viven en Asunción, Paraguay desde el año 2004.  La iglesia que les envía en los EE.UU. es
Grace Gospel Church de Huntington, West Virginia, una iglesia bautista. La iglesia local en Asunción donde sirven como miembros se llamaIglesia Cristiana Evangélica Renuevo y se considera Hermanos Libres. 

En 2006 ellos fundaron el departamento Enlace de la
Misión Nuevas Tribus en el Paraguay para movilizar a la iglesia local paraguaya hacia el ministerio transcultural.  En 2013, aceptaron un nuevo reto de ser Representante de ALTECO en Paraguay y acompañar el proceso de desarrollo integral a los pueblos indígenas y fortalecer la cooperación entre organizaciones y personas que trabajan de forma comprometida con los grupos indígenas en Paraguay.

En 2014, como pareja vieron la importancia de legalizar todos los proyectos y trabajos que realizaban y lo hicieron al crear la Organización Ñandutí. Mike es el Director Ejecutivo y Trisha sirve en la parte de secretaria y finanzas. Ñandutí está en proceso de desarrollo de su rol para preparar líderes de manera integral en Paraguay. Actualmente está estableciendo una red de contactos y socios que puedan colaborar juntos en distintas formas para que el liderazgo de las iglesias locales paraguayas e indígenas sea fortalecido en su visión y estrategia misionera.


Trisha se caracteriza por su pasión para las misiones, su don de servicio y hospitalidad. El anhelo ardiente de su corazón es servir junto a su esposo en las misiones para que cada grupo étnico no alcanzado en el mundo tenga acceso libre al Evangelio. 

Quiero invitarte a dejar aquí un comentario, una palabra de aliento a esta misionera entregada junto a su familia a la obra de Dios en Paraguay. ¡Gracias! 

Bendiciones,

Wendy

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¿Qué voz estás escuchando?

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Es interesante cómo nosotros los seres humanos podemos en un momento tener una determinada actitud y en breve cambiar y reflejar todo lo contrario. En muchas ocasiones esto sucede porque dejamos de escuchar una voz y comenzamos a prestar atención a otra.



Justo ayer pensaba en eso mientras leía un pasaje de la Biblia. Este personaje, aunque no figura en el salón de la fama por sus buenas acciones, sí tiene mucho que enseñarnos. Te hablo de Saúl. Y voy a compartir contigo un par de pasajes para que entiendas a qué me refiero.

Primero, un poco de contexto. Saúl recién había sido escogido por Dios como rey de Israel y Samuel lo proclama delante de todo el pueblo. 
Luego Samuel dijo a todo el pueblo: «Este es el hombre que el Señor ha escogido como su rey. ¡No hay nadie como él en todo Israel!».Y todo el pueblo gritó: «¡Viva el rey!».Después, Samuel le explicó al pueblo cuales eran los derechos y las obligaciones de un rey. Los escribió en un rollo y lo puso delante del Señor. Luego Samuel envió al pueblo a sus casas.
Cuando Saúl regresó a su casa en Guibeá lo acompañó un grupo de hombres a quienes Dios les había tocado el corazón. Sin embargo, había unos sinvergüenzas que se quejaban: «¿Cómo puede este hombre salvarnos?». Y lo despreciaban y se negaban a llevarle regalos; pero Saúl no les hizo caso.(1 Samuel 10:24-27, cursivas de la autora)

¡Esta reacción de Saúl me encanta! A pesar de que ya era el rey, a pesar de que tenía autoridad, no dejó que  la actitud de unos pocos lo molestara. Saúl no les hizo caso, no prestó atención a la voz de la crítica, el desánimo, la duda. ¡Cuánto deberíamos aprender de este ejemplo!

Muchas veces aunque estamos claras de nuestro llamado, de nuestra misión, de nuestro lugar e identidad dada por Dios, decidimos escuchar a las voces contrarias y hacemos caso a la multitud equivocada.

¿Te imaginas qué habría pasado si en ese momento Saúl les hubiera prestado atención? Tal vez se hubiera amedrentado y renunciara a su nombramiento como rey. Quizá pudiera haberse dejado llevar por el enojo y un momento de gloria se hubiera convertido en un momento de caos y peleas.

¿La clave? NO LES HIZO CASO. No malgastó tiempo ni energías en una pelea que no lo meritaba.

Sin embargo, no le duró mucho esta actitud. ¡Qué lamentable! Más adelante en la historia vemos que las cosas comienzan a cambiar y Saúl desobedece a Dios… porque decidió escuchar otra voz. 
Entonces Saúl le confesó a Samuel:—Es cierto, he pecado. He desobedecido tus instrucciones y el mandato del Señor, porque tuve miedo del pueblo y por eso hice lo que ellos me pidieron.(1 Samuel 15:24, cursivas de la autora)

El mismo Saúl que solo unos capítulos antes no hizo caso a sus detractores, ahora por temor decide hacer algo que claramente no era lo que Dios había ordenado. Dicho de otra manera, el deseo de ser popular entre la gente ocupó la prioridad en la agenda de Saúl. Decidió escuchar la voz del pueblo y no  la voz de Dios.

Quizá no ocupemos una posición en el gobierno como la que tuvo Saúl o quizá no seamos famosas como las celebridades de estos tiempos, pero de igual modo tenemos responsabilidad. De igual modo tenemos una red de influencia que va desde nuestros hogares hasta nuestros trabajos, escuelas, iglesias. Y en todos esos lugares se oyen dos voces siempre. ¿A cuál vamos a prestar atención?

Estoy convencida de que si Saúl hubiera seguido escuchando la primera voz, si su actitud hubiera sido la de ignorar a los detractores y obedecer el plan de Dios, las cosas hubieran sido muy diferentes. Piensa cuántas veces en nuestra vida no hacemos lo que debemos hacer solo porque decidimos actuar en base a lo que otros piensan o dicen. Si lees unos versículos antes verás que Samuel le dice a por las claras a Saúl que lo más importante para Dios es nuestra obediencia a él.

Como mujeres que queremos vivir la vida diseñada por Dios necesitamos tener clara la voz a la que vamos a escuchar. ¡Es una decisión! Vivir con el temor de no agradar a las personas y por tanto actuar con el único objetivo de complacerles nos llevará por el camino equivocado. Nuestra primera meta tiene que ser agradar a Dios y obedecerle. Todo lo demás tiene que estar alineado con esto. Si no es así, no le hagas caso, deséchalo.

¿Qué voz has estado escuchando últimamente? Si no estás segura, pídele al Señor que te hable y te muestre. Y si determinas que has estado haciendo caso a voces equivocadas, hoy mismo haz un giro en “u” y retoma el camino que ya Dios trazó para ti.

Ayer hice mi primer Periscope, y aunque todavía aprendiendo este "baile" nuevo, fue una bonita experiencia. El prximo será el martes a las 12:30 hora del este en los Estados Unidos. ¡Te invito! {Si tienes cuenta en Twitter, puedes usarla también en Periscope. Me puedes encontrar en @wendybelloblog}


Bendiciones en tu fin de semana,
   

 Wendy


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El primer paso de una mujer eficaz

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En 1989 Stephen Covey publicó por primera vez su libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” que ha vendido más de 25 millones de copias. De esto hace ya 25 años, sin embargo, la gente lo sigue comprando. ¿Por qué? Porque todos queremos lograr el éxito en la vida y para eso necesitamos ser personas efectivas.

Sin embargo, se le atribuye a Albert Einstein haber dicho lo siguiente: Seguir haciendo las cosas de la misma manera y esperar obtener resultados diferentes es locura. Esa es la clave. No basta con desearlo, necesitamos hacer algo al respecto, de manera intencional, cambiar lo que hemos estados haciendo que no nos ha dado resultados.
  


Una de las cosas que he aprendido acerca de la efectividad es el valor de planificar. Necesitamos una estrategia. Básicamente esto responde a una pregunta, ¿cómo llego de donde estoy a donde quiero estar?

Jesús conversaba un día con sus discípulos (aparece en Lucas 14) y usó esta ilustración:
“No comiences sin calcular el costo. Pues, ¿quién comenzaría a construir un edificio sin primero calcular el costo para ver si hay suficiente dinero para terminarlo? De no ser así, tal vez termines solamente los cimientos antes de quedarte sin dinero, y entonces todos se reirán de ti.  Dirán: “¡Ahí está el que comenzó un edificio y no pudo terminarlo!”.¿O qué rey entraría en guerra con otro rey sin primero sentarse con sus consejeros para evaluar si su ejército de diez mil puede vencer a los veinte mil soldados que marchan contra él? Y, si no puede, enviará una delegación para negociar las condiciones de paz mientras el enemigo todavía esté lejos.
Ser eficaz requiere que cultivemos el hábito de tener planes, y para planificar necesitamos comenzar por evaluar:
  • ¿Cómo está mi vida a nivel personal (salud física, emocional, espiritual), relacional, profesional, etc.? Tómate tiempo para hacer esta evaluación. Sé honesta. Pídele a Dios que te ayude a ver con claridad las respuestas.
  • ¿Cómo quiero que esté en el futuro? Si no hago cambios, ¿cómo será? Si sí los hago, ¿dónde estaré? De nuevo incluye los aspectos físicos, emocionales y espirituales y busca la respuesta de Dios.
  • ¿Qué cambios puedo hacer, cómo y en qué orden?  Dice Proverbios 21:15: “Los planes bien pensados y el arduo trabajo llevan a la prosperidad, pero los atajos tomados a la carrera conducen a la pobreza.” Para ser mujeres eficaces, con planes efectivos, necesitamos pensar bien, analizar, no actuar por impulso.
  • Establece maneras de chequear el progreso de tu plan y si es posible, busca una persona que pueda ayudarte a mantenerte enfocada en esos planes. Una especie de rendición de cuentas.

El escritor francés Antoine de Saint-Exupéry dijo: “Una meta sin un plan, es solo un deseo”. Incluso cuando sepamos adónde queremos llegar, la meta, si no tenemos un plan, se quedará en deseo. La gente altamente eficaz tiene planes. 

Y claro, no puedo hablarte de planes sin dejar de decirte algo de parte de Dios: “Podemos hacer nuestros propios planes,  pero la respuesta correcta viene del Señor. Pon todo lo que hagas en manos del Señor, y tus planes tendrán éxito” Pr 16:1, 3. Ahí está la clave. 

Una vez que hayas hecho todo lo anterior, escríbelo. Escribir nos ayuda a visualizar las cosas y enfocarnos en lo que realmente queremos.  Hace que la idea se vuelva más tangible. Y luego, con tu lista en la mano, ve donde Dios y preséntasela. Pero ve dispuesta a que haya cambios, a que quizá el orden se altere, algunas cosas desaparezcan y otras que ni habías considerado se sumen. Ten la certeza de que como dice este pasaje, así tus planes tendrán éxito y recibirás la respuesta correcta.

¿Lista para comenzar? Vamos a dar el primer paso hoy para ser mujeres eficaces que viven en las metas y propósitos de Dios. ¡Eso también es ser una mujer sabia!

Mañana, a las 12:30 hora del este en los E.U., la segunda transmisión por Persicope. Hablaremos de un tema útil para ser eficaces también. ¡Te espero! 

Bendiciones en tu semana,

 Wendy

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Mujeres que marcan la diferencia {4}

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Cuarto miércoles de septiembre y quiero presentarte a una cuarta mujer de esta mini-serie. Tampoco nos conocemos en persona pero ya hace unos años que tenemos amistad mediante las redes. La admiro mucho. Tuve el honor de que escribiera el prólogo de mi libro "Una mujer sabia" y estaré por por siempre agradecida a Dios por su vida. Sin más, te presento a Edurne Mencia. 

"Pero de ninguna cosa hago caso,  ni estimo preciosa mi vida para mí mismo,  con tal que acabe mi carrera con gozo,  y el ministerio que recibí del Señor Jesús,  para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios." Hechos 20:24 

Ese es mi versículo lema. Es el versículo con el que salí de Instituto Bíblico y que rige mi vida y la de mi familia.


Quiero correr mi carrera bien. Quiero llevar adelante con gozo el ministerio que he recibido de Cristo: el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.

Si hace quince años me hubieras dicho que iba a escribir estas palabras, te hubiera contestado que estabas loca. Nací en Bilbao, en el norte de España, en el seno de una familia católica no practicante. Me crié como agnóstica, nunca tuve interés por Dios ni por la iglesia.  Me licencié como Filóloga Clásica y empecé a trabajar como maestra en Madrid. Tenía una vida completamente ajena a Dios.

Hasta el momento en el que Él tocó mi vida a través del testimonio de un compañero de trabajo. Desde ese momento, decidí que lo que me quedara de vida la iba a vivir para Dios. Mi vida ya no me pertenecía. Que Dios mi usara era mi anhelo y mi deseo más profundo.

Y Dios, en Su gracia, me ha dado en estos años la oportunidad de servirle en varias áreas muy distintas: soy esposa y mamá de 3 niños pequeños de 9, 6 y 4 años, que es lo que más me llena y lo que me motiva a seguir adelante.

También me encanta servir al Señor en mi iglesia local como maestra de escuela dominical con los niños de 5 a 8 años y con el ministerio de mujeres “Triunfantes en Cristo”.

Como familia, hace diez años que estamos involucrados en el ministerio con indígenas en la selva de Venezuela. Nuestro ministerio consiste en hacer viajes a distintas comunidades para llevar estudios bíblicos, actividades de niños y capacitar pastores y líderes indígenas para el ministerio en sus propias iglesias y comunidades. Actualmente trabajamos con las iglesias bíblicas unidas de etnia Curripaco en la frontera entre Venezuela, Colombia y Brasil.

Uno de los ministerios que más disfruto es el que llevo a cabo con mis blogs: blogueo en El Viaje de una Mujer dando a las mujeres herramientas para su crecimiento espiritual y dirijo la sección en español de Love God Greatly a través de Ama aDios Grandemente. Con este ministerio proveemos a mujeres de todo el mundo de estudios bíblicos para profundizar en el conocimiento de la Palabra de Dios y las ayudamos a aplicarla en su vida diaria.

No sé cuánto tiempo me quede en la tierra, pero sí sé que quiero vivir haciendo la voluntad de Dios y sirviéndole cada segundo de vida que tenga....corriendo mi carrera con gozo, dando testimonio del evangelio de la gracia de Dios.

Te invito a orar por Edurne, su familia y el ministerio que juntos realizan. Mañana jueves, a las 12:30 PM, nos vemos en Periscope. Recuerda que para participar necesitas la aplicación en tu dispositivo móvil. 

Bendiciones mil,

Wendy

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Para toda mamá: La trampa de vivir bajo falsas expectativas

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Todavía en ocasiones lloro y pienso que no estoy a la altura de la tarea. Ser mamá. Qué difícil. Creo que pudiera hacer otra carrera universitaria, escribir más de un libro, dar montones de conferencias y el reto no me parecería tan grande como este de ser madre.

Y a veces cuando uno de mis hijos me dice: “eres la mejor mamá del mundo”, me cuesta aceptarlo. ¿Te pasa lo mismo?


Fue en uno de esos días, entre lágrimas, culpa y cuestionamientos, que Dios me susurró muy bajito: “Si te llamé a ser madre es porque creo que puedes hacerlo. Eres la mamá que yo destiné para Daniela y para Nathan”.

Y Dios no se equivoca, así que aunque yo quizá tuviera ganas de debatir su punto {a veces queremos discutir con él, seamos honestas}, decidí quedarme calladita y aceptarlo.

El problema con sentirnos incapaces no está tanto en nuestra falta de capacidad como en las expectativas que nos ponemos para esta responsabilidad. Y esas expectativas se convierten en un peso enorme que nos deja avanzar y nos acusa constantemente.

¿Cómo lucen esas expectativas falsas en nuestro rol de madre? Algo así:

Nuestros hijos siempre tienen que portarse bien, independientemente de que sean niños.

Cada vez que salgamos a una fiesta o actividad como familia debemos estar combinados de pies a cabeza. Ah, ¡y los peinados impecables!… No importa que para lograrlo haya que salirse del presupuesto o estresar a todo el mundo al punto de llegar disgustados a la fiesta.

No podemos faltar a ningún evento escolar… independientemente de que hagas tu mayor esfuerzo por estar siempre en todos y ese al que faltaste te fue imposible por una cita médica, trabajo u otro asunto ineludible.

Cada vez que haya una venta para recaudar fondos en la escuela, tenemos que ofrecernos y hornear un pastel o galletas… aunque seamos terribles reposteras o simplemente nuestro horario esté demasiado cargado.

Tenemos que inscribir a nuestros hijos en varias actividades extracurriculares… no importa que siempre andemos corriendo de un lado a otro, nerviosas, y que los propios muchachos estén demasiado agotados por tanta actividad y todo eso impida que podamos pasar más tiempo como familias.

Ah, y nunca nos vamos a equivocar ni vamos a regañarlos excesivamente… ignorando el hecho de que eres un simple ser humano, con pecados y faltas.

Creo que ya tenemos la idea… ¿cierto? Nos llenamos de expectativas, falsas, que realmente no podemos cumplir o que el precio por cumplirlas es demasiado alto y tal vez no valga la pena.

Es por esa razón que necesitamos filtrar cada aspecto de nuestra vida por la Palabra de Dios. Justo lo que te invito a hacer ahora mismo:
"Por lo tanto…quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe." Hebreos 12:1-2, NTV
Las expectativas falsas son ese peso que nos impide correr. Nos impiden disfrutar de las muchas cosas que Dios pone a nuestra disposición y nos hacen enfocarnos en otras que realmente no meritan el esfuerzo.

¿Sabes? Las expectativas que Dios tiene para ti y para mí como mamá son muy diferentes. No nos esclavizan, no implican que el nivel de estrés nos lleve al punto de tener un colapso. Esa no es la vida abundante que él diseñó. Sí, es verdad, tenemos actividades, compromisos, pero Dios no espera que seamos súper mujeres, ni súper familias. Tenemos que establecer límites y prioridades.

¿Qué espera Dios? Que amemos a nuestros hijos, que les mostremos el camino que les llevará a tener una relación con él, que le mostremos esa relación en nuestras propias vidas individuales y como familia, y que busquemos su dirección para criarles conforme a su Palabra.

En otras cosas tu manera de ser mamá lucirá diferente a la de tu amiga o tu vecina. Y no hay problema. No tienes que compararte. Cuando lo hacemos, volvemos a crearnos falsas expectativas.

Ser mamás a la manera de Dios implica entender que Dios nos llamó a la tarea porque sabe que podemos con la responsabilidad. Además no espera que lo hagamos solas. Para eso lo tenemos a él, que es nuestro refugio y fortaleza.

Las falsas expectativas son una trampa que nos dejará avanzar con la carrera que tenemos por delante. Pongamos la mirada en Jesús, en lo que él espera de nosotros, y desechemos todo lo demás.

Te invito a hacer algo. Toma lápiz y papel y haz dos columnas. En una columna anota las expectativas que tienes de ti misma como mamá. En la otra columna anota las que tiene Dios. Compara las listas y decide borrar de tu lista las que no estén alineadas con lo que dice Dios. ¡Verás qué libre te sientes!

Antes de terminar, aquellas de ustedes que son nuevas suscriptoras, ¡bienvenidas! Hoy, al leer este mensaje en su correo, sigan hasta el final y verán debajo del texto los enlaces para descargar los recursos gratis. Y si ya estás suscrita y no los has hecho, ¡adelante! Tienes dos recursos gratis: Limonada para el alma y Vivir en la luz.

Bendiciones en tu fin de semana,

Wendy

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La ansiedad no es para nosotras

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«No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.» Filipenses 4:4-7

Si Pablo hubiera escrito esto tranquilo desde su casa o mientras disfrutaba de un ministerio sin complicaciones, sería más lógico. Pero Filipenses es una carta que desafía toda lógica humana. Algunos le llaman “la epístola del gozo”, por las veces que el apóstol manda a estos amados hermanos a que se gozaran, se alegraran.


¿Qué tiene de ilógico? Ya lo mencionamos un poco antes, estar encadenado a un soldado romano, en espera de sentencia y sin tener muy claro el futuro. Pablo tenía todos los motivos del mundo para escribir más bien “la epístola de la queja y el llanto”. Pero, con una actitud como la de Cristo, y una perspectiva celestial, aprendió que su alegría estaba en el Señor.

A menudo nuestra alegría no está en el Señor sino en nosotras mismas y en nuestro mundo. Me alegro si todo sale como esperaba. Si logro lo que me propuse. Si el futuro parece prometedor. Si no tengo conflictos con nadie. Si la vida es color de rosa. Pero, todas esas cosas tienen algo en común: temporales. No siempre todo sale como esperaba. No siempre logro lo que me propuse. No siempre el futuro es prometedor. Y no siempre estoy libre de conflictos.  ¿Será que algo anda mal en mí, o en ti? ¡NO! Esa es la vida normal en este planeta.

¿Cuál es el secreto que nos presenta Pablo? Entiendan que su alegría está en Dios. Dios está por encima de las circunstancias. Dios sigue conmigo aunque no todo salga como yo esperaba. Dios me ama aunque yo no logre todo lo que me propuse. Dios me promete un futuro brillante con él en la eternidad. Dios me ha dado la alegría de la salvación. Ese es el motivo de alegría suprema, a pesar de toda la lista de cosas anteriores y las demás que queramos sumar.

Pablo lo aprendió. ¡Cuánto cambiaría nuestra vida si entendiéramos que todo lo demás es transitorio! No viviríamos tan aferradas y seríamos mucho más felices. Alegría en el Señor.

Y parece que el problema de la preocupación no tiene preferencia de tiempo. Los cristianos del primer siglo también batallaban con esto.  No se preocupen por nada. Es un absoluto. Nada es nada. ¿Quiere decir que ahora tenemos que vivir en un estado de  enajenación? ¡Claro que no! Pablo era un hombre muy real, consciente de todos sus problemas y dificultades. Pero vivía con perspectiva celestial, con los ojos puestos en Jesús. Descubrió desde entonces que preocuparse no resolvía nada. ¡Y yo estoy de acuerdo! ¿Lo has comprobado? Preocuparse no cambia la situación ni soluciona el problema. Lo único que consigue es ponernos ansiosas. Nada más.Tal y como dice la frase de la foto: nos da algo que hacer, pero no nos lleva a ninguna parte. ¡Lo sé por experiencia!

¿Cómo lidiaba el apóstol con este asunto? Oren por todo. Otro absoluto. Todo es todo. ¿Problemas de dinero? Ora. ¿Problemas familiares? Ora. ¿Problemas en la escuela? Ora. ¿Luchas en el trabajo? Ora. ¿Conflictos con amigas? Ora. ¿Falla la salud? Ora. ¿Por qué? Porque al orar reconocemos nuestra incapacidad y la capacidad de Dios. Está claro: Dile a Dios lo que necesitas. ¿Para qué andarse con rodeos? ¿Para qué perder tiempo intentando buscar soluciones sin primero encomendarnos a él?
Oren… y de gracias. Esa es la prueba de la fe. Orar confiadas en que Dios hará. Quizá no actúe cuándo o cómo tú y yo pensábamos. Pero él es Dios. Oramos y damos gracias. Lo demás está en sus manos.

¿Resultado de todo esto? La paz. Pablo pudo experimentar la paz a pesar de las cadenas, a pesar de la incertidumbre. Alegrarse en el Señor, no preocuparse sino orar y darle gracias a Dios fue la fórmula que le llevó a tener la paz que supera todo lo que podemos entender

Yo quiero experimentar esa paz, siempre, siempre. ¿Y tú? No quiero ser un número más en las estadísticas del estrés. ¡Dios no nos ha llamado a eso! La ansiedad no forma parte de su agenda. Somos ciudadanas del cielo, con la actitud de Cristo, que viven sin preocuparse, confiadas en el Dios que nos ama y produce en nosotros una alegría eterna, y quien nos rodea con la paz que sobrepasa todo entendimiento. Tenemos que creerlo y vivirlo. Esa es la vida que Dios diseñó.

Bendiciones en tu semana,

Wendy

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Mujeres que marcan la diferencia {5} + un anuncio

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Con el artículo de hoy terminamos la mini-serie "Mujeres que marcan la diferencia". Hoy quiero presentarte a Silvia, quien ya ha estado antes en mi casa virtual pero hoy viene a tono más personal. Silvia y yo nos conocimos hace 4 años en un evento de mujeres y a partir de ese momento nuestra amistad comenzó a crecer. Silvia es la amiga que siempre te regala una palabra de aliento. Es una mujer a quien admiro mucho por su bondad y la manera desprendida con que se invierte en los demás. Te animo a visitarla en su página también.

A los 6 años de edad, Silvia emigró a los Estados Unidos junto con sus padres desde el último país de América del Sur, Argentina. Ella no tenía idea de lo que este cambio significaría, pero Dios tenía planes especiales para su vida.



Creció como la hija de un pastor y eso le permitió aprender mucho sobre diferentes culturas latinas y cómo amar y verdaderamente estudiar a las personas.

Ella estableció sus raíces en el ministerio siendo una joven en el estado de Nueva Jersey. Su pasión por los niños le permitió trabajar con ellos y más tarde pudo ser la persona clave para establecer un programa de patrocinio y así ayudar a un orfanato necesitado en Argentina.

Con el paso del tiempo Silvia comenzó a trabajar más con niñas, jóvenes y mujeres de todas las edades. Se convirtió en la líder de sección de un ministerio llamado Missionettes/Girls de las Asambleas de Dios. Este ministerio se encargaba de niñas de 3 a 17 años y ayudaba a prepararlas para el éxito en la vida, pero sobre todo, para tener una relación con Dios.

Hoy, ella es esposa, madre, hermana, hija y amiga, una defensora de la salud, autora y oradora. Sin embargo, la tarea divina más gratificante que tiene es ser una esposa con 27 años de matrimonio y la madre de sus 3 hijas ya adultas.

En su tiempo libre, es la presidenta y fundadora de Women’s Empowerment Services. Silvia es una consejera cristiana certificada y mentora personal. También es co-fundadora de Latinas of Legacy, una organización sin fines de lucro en el sur de la Florida. Además colaboró en el libro Rockbottom is a Beautiful Place (volumen 1) y es la autora del libro para niños Perlita Comes to America, un libro escrito en inglés y español.

Como mujer profesional, ella tiene un empleo a tiempo completo en un banco global como Vicepresidenta de Beneficios Internacionales para América Latina.

La pasión de Silvia ver a las mujeres desarrollarse, vivir su destino, y triunfar en la vida; por lo tanto, se invierte en la creación de programas que proporcionarán las herramientas para que las mujeres logren estas metas.

Y ahora un anuncio para ti, mi querida lectora. La foto que aparece debajo corresponde a la serie que estaré desarrollando durante el mes de octubre, aquí en el blog. Luego de ver la película "War Room" [Cuarto de guerra], no puedo dejar de pensar en la importancia de una vida de oración. Por eso esta serie, y me gustaría que me acompañaras. Si es así, ¡te invito a dejar tu comentario debajo! De ese modo sabré que has dado el primer paso junto conmigo. ¡Qué dices? 



Mañana otra transmisión más en Periscope, (@wendybelloblog es mi nombre allí).

Bendiciones y hasta el viernes,

Wendy

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